La cerveza es sin duda una de las mejores creaciones de toda la historia y por siglos el hombre ha disfrutado de esta refrescante bebida. Sin embargo, producirla es más costoso de lo que creemos.
La fabricación de cerveza requiere un ingrediente esencial: el lúpulo. Las flores de esta planta son secadas y de ellas se extrae la lupulina, que es lo que le da su sabor y aroma característico a la cerveza; además ayuda a que la espuma sea más estable y a conservar la frescura de la bebida favorita de todos los hombres.
Sin embargo, cultivar lúpulo es bastante costoso. Y no tanto por el dinero, sino por el agua que se tiene que usar para que la planta crezca. En promedio se requieren alrededor de 23 litros de agua para lograr cultivar el lúpulo necesario para hacer medio litro de cerveza.
Es por eso que un grupo de científicos se dieron a la tarea de resolver el problema de cómo producir cerveza sin tener que usar lúpulo. Aunque la idea parezca absurda a primera vista, estos valientes hombres de ciencia lo consiguieron.
En la Universidad Berkeley de California lograron modificar genéticamente la levadura para fusionarla con menta y albahaca. Con esta nueva técnica, los científicos lograron imitar el sabor tan peculiar que se logra con el lúpulo, usando menos agua en el proceso.
Tal vez les suene extraño y crean que nada se va a comparar con el sabor natural del lúpulo. Pero antes de condenar a esta alteración genética, los expertos en ciencia acudieron con expertos en cerveza para que bebieran su creación y les dieran su veredicto.
Los expertos de la empresa Lagunitas Beer Company fueron los encargados de probar la nueva cerveza sin lúpulo y no quedaron decepcionados. De hecho, los empleados de Lagunitas opinaron que esa cerveza tenía más sabor a lúpulo que la bebida hecha de manera tradicional.
Además de ser una innovación científica, esta nueva manera de preparar cerveza está diseñada para ahorrar agua y que la fabricación de cerveza siga siendo sustentable. Tal vez muchas personas tengan sus reservas acerca de los productos genéticamente alterados, pero si se trata de fabricar cerveza ¿a quién le importa?
La fabricación de cerveza es un arte y en eso estamos de acuerdo. Pero si un poco de ayuda científica puede hacer que fabricarla sea más rápido y menos costoso, es hora de abrirse a otras posibilidades y probar nuevas cervezas.