El Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica, CONALEP, pa’ la banda, es un sitio en el que transcurren varias historias, desde embarazos adolescentes, drogadicción hasta delincuencia. Aunque no se dejen engañar por las apariencias, pues también ha sido el lugar de educación de preparados alumnos que han representado a México a nivel internacional. Uno quisiera arrancarse el mal pensamiento, pero de pronto los propios hechos hablan por sí solos.
No me van a creer, pero dentro de las instalaciones de un plantel de esta escuela en San Luis Potosí, México, la Policía Cibernética encontró una mina de criptomonedas en las computadoras del laboratorio. Así lo dio a conocer la Secretaría de Seguridad Pública en un comunicado y ahora buscan a los responsables.
La historia comienza con la directora general del plantel, Patricia Álvarez Escobedo, quien le pidió a la Policía Cibernética analizar el área de informática, pues las computadoras habían presentado “problemas en el funcionamiento de los equipos”. Los policías, cual técnico en sistemas, fueron a verificar si el cableado estaba bien conectado y el equipo encendido, pero al llegar, se llevaron tremenda sorpresa.
Ya en la revisada del equipo, los agentes se percataron de que en las computadoras y los servidores de la institución se estaban minando las criptomonedas, es decir, alguien puso los recursos de los equipos a trabajar para “resolver problemas matemáticos” que arrojen cadenas de información y con eso generar una ganancias en criptomonedas.
No se sabe desde hace cuánto tiempo estaba sucediendo esto ni quién es el responsable o al menos, las fuentes oficiales no lo han mencionado, pero suponen que se trata de servidores públicos y que a través de este acto han generado ganancias millonarias. La policía detectó que se contaba con el software, hardware y la configuración requerida para realizar esta actividad en dos computadoras y dos servidores.
Al momento de la revisión de las autoridades, los equipos aún se encontraban minando, utilizando los recursos de la institución educativa, como el rendimiento de los equipos, electricidad e internet. El área jurídica de la escuela presentó la denuncia correspondiente ante la Fiscalía General del Estado para encontrar a los responsables y que se le apliquen las sanciones correspondientes.
Miren que la mentalidad de tiburón no faltó, pues esta actividad consume grandes cantidades de energía al procesar las enormes cadenas de información. Los responsables tenían una cartera individual donde acumulaban las ganancias y encontraron la manera perfecta de encubrirse y utilizar lo que tuvieran a su alcance.