Estacionarse suele ser la parte más difícil al momento de sacar tu coche de paseo, pues debes tener perfecta percepción de tus alrededores, de las leyes de tránsito y, además, debes tomar en cuenta cómo afectas a los demás. Sin embargo, cuando simplemente decides que no te importa cómo le vaya a los otros, estacionarse se vuelve mucho más fácil (para ti): solo le haces como se te antoje y los demás que le hagan como quieran o puedan.
En los siguientes 13 ejemplos de “pericia” y falta de consciencia o de consideración hacia los demás, estos automovilistas hicieron gala de su inexistente solidaridad o de su evidente estupidez al encontrar el modo de obstruir del modo más eficaz al prójimo para hacer de este mundo un lugar ligeramente peor.