A todos nos ha pasado que nos levantamos tranquilamente, caminamos con seguridad por la habitación en la nos encontramos para dirigirnos hacia otro lado de la casa y de repente nos preguntamos por qué veníamos o qué queríamos hacer. Esta sensación de vacío suele ser muy frustrante, en especial cuando tratamos de recordar el propósito que teníamos en mente y no lo logramos.
En 2011, los expertos de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, explicaron que este fenómeno pasa debido al “efecto puerta”, que consiste en una tendencia a olvidar elementos importantes después de cruzar precisamente una puerta. Esta teoría dice que esto sucede por el hecho de atravesar un límite físico, como una puerta, o uno virtual, ya sea cerrar o cambiar la pestaña de tu navegador de internet.
Sin embargo, esta perspectiva ha cambiado, ya que en un estudio de seguimiento, realizado por la Universidad de Bond, en Australia, se descubrió que el efecto que provoca atravesar puertas no es tan significativo como se había afirmado anteriormente, lo que derivó en una nueva teoría acerca de este fenómeno.
Los científicos hallaron que no se trata solamente de la puerta en sí o del hecho de pasar a través de ella, sino del cambio de contexto, lo que hace que el cerebro deje de tomar en cuenta la información que anteriormente consideraba como irrelevante, dándole más importancia.
Un grupo de investigadores se dio a la tarea de hacer cuatro estudios: dos en los que se dieron dos ubicaciones del mundo real y otros dos en los que los participantes fueron equipados con auriculares y gafas de realidad virtual para posteriormente moverse a través de varias habitaciones en un entorno de tercera dimensión.
La instrucción para los participantes era la de memorizar objetos como una cruz amarilla o un cono azul que estaban sobre las mesas de cada sala y luego moverlos de una mesa a otra conservando el mismo orden. En ocasiones, la mesa de al lado se encontraba dentro de la misma habitación y otras veces tenían que pasar a otro cuarto a través de una puerta corrediza automática.
De esta manera, los investigadores encontraron que este cambio no tuvo absolutamente ningún efecto en la memoria y que, independientemente de cruzar la puerta o no, los participantes rara vez olvidaban los objetos.
Sin embargo, cuando los investigadores aumentaron la dificultad de la prueba, pidiéndoles a los participantes que llevaran a cabo la misma tarea asignada anteriormente mientras hacían una tarea de conteo separada, los hallazgos fueron mucho más fructíferos.
Básicamente, la tarea de contar llevó al cerebro a sobrecargar la memoria de cada participante, llevándolos a ser más susceptibles a la interferencia que pudo darse al atravesar la puerta.
El hallazgo es muy parecido a una experiencia en la vida cotidiana, en la que la mayor parte de las veces tendemos a olvidar lo que hicimos en la habitación cuando nos encontramos distraídos o pensando en cualquier otra cosa. Esta explicación puede complementarse con la afirmación de que el cerebro crea compartimientos para los recuerdos de distintos entornos y contextos.
Por esta razón, si el cerebro piensa que se encuentra en un contexto diferente, los recuerdos pertenecerán a una red de información distinta. Así que en general nos dará una capacidad mayor a que si tuviéramos un solo espacio gigantesco donde todo esté conectado para llevar a cabo un trabajo.
De esta forma, se paga un costo, pues al hacer la transición entre compartimientos, se olvidan las cosas. La mejor manera de no olvidar lo que vamos a hacer es tomar la decisión de hacerlo, así no nos impedirá recordar al instante de olvidarlo, en cambio, si tenemos la mente ocupada por varias cosas, entonces el olvido se hará presente.