Cuando la gente dice “el sexo débil”, realmente demuestra ignorancia, pues las mujeres nada tienen de débiles, como ha demostrado una verdadera luchadora, quien logró controlar a un asaltante luego de que intentara robarle. El 13 de enero de 2023, a eso de la 1:05 p.m., una mujer luchaba para defenderse a sí misma y sus posesiones de un criminal que intentó asaltarla en Yecapixtla, Morelos, México.
El pueblo tiene historia aguerrida que se remonta a más de 500 años en el pasado y, aparentemente, algo de ese legado guerrero sobrevive hasta nuestros días, pues la mujer no dio su brazo a torcer y en un video que capturó la escena entera podemos apreciar cómo lucha denodadamente contra su agresor, impidiéndole que se dé a la fuga, hasta que una camioneta de la policía llega al sitio, poniendo fin al combate y salvando al pobre criminal de su beligerante víctima.
Asalto frustrado… por la víctima
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El momento en que un sinvergüenza se acercó a una mujer que esperaba cruzar la calle quedó captado en cámara. El aprovechado vio muy fácil meterle mano a la bolsa de la prospecta víctima, pero la mujer que era su objetivo resultó más viva que el propio vivales y, con excelentes reflejos, logró apresar la mano traviesa del malechos, atenazándolo decididamente. Con un giro audaz, la mujer enfrentó al sorprendido criminal, pero durante la lucha, ella tiró el contenido de una bolsa que llevaba en la mano, que el raterillo agarró posteriormente del suelo, solo para recibir manotazos de parte de ella, hasta que el ladrón atinó a defenderse con una actitud al más puro estilo “En la cara no, que de eso vivo”.
Cuando el ladronzuelo respondió al contraataque, este aplicó todo su peso sobre su víctima, empujándola hasta la caja de una camioneta cercana, contra la que azotó la espalda de la mujer, quien rebotó y terminó sentada en la acera contigua. Sin embargo, ni siquiera el embate del ratero fue suficiente para aflojar la presa de la mujer sobre la ropa del malandrín, que terminó de rodillas frente a la luchona guerrera, quien no lo soltaba a pesar de los esfuerzos de él por soltarse. Con un movimiento desesperado y al verse irremediablemente atrapado por el agarre aparentemente experto de la mujer, el pillo intentó asirse de la camioneta para obtener un punto de apoyo, como luchador que busca el respiro que proporcionan las cuerdas del cuadrilátero, pero sus esfuerzos resultaron infructuosos.
‘Ora sí, la caballería: Tarde llegó, pero bien recabó
Momentos después de que el ladrón no pudiera encontrar apoyo, logró levantarse, irguiéndose sobre su víctima, pero ella ni así lo soltó. Aún forcejeando para liberarse, el tipejo arrastró un poco a la mujer por la acera, pero ella logró afianzarse apoyando su pie en la camioneta cercana, sin soltar al caco ni por un momento. Para entonces, la suerte estaba echada y la camioneta policíaca entró a escena. Cuando el ladronzuelo vio a las fuerzas del orden, no está claro si desesperó o si sintió alivio porque pronto lo liberarían de la presa a la que estaba siendo sometido.
A pesar de que anteriormente había muchos testigos del asalto, no fue sino hasta que las fuerzas del orden acudieron que la gente empezó a acercarse a la escena del altercado, ahora sí a ayudar a la mujer en problemas. No menos casi media docena de hombres, entre oficiales y transeúntes, se acercaron a separar al asaltante de su víctima y, por fin, la mujer pudo soltar al remedo de ladrón, que terminó avasallado por la multitud. Así, sin amilanarse, la víctima se acercó mientras las autoridades interpelaban al malandrín y este termino siendo esposado y escoltado por dos elementos de las fuerzas del orden.
Justicia por propia mano: Llamen a la patrulla o el pobre caco puede terminar mal
Aunque la escena tomó poco menos de dos minutos entre el intento de robo y el arresto, el tiempo que pareció tomarle a la policía llegar al lugar de los hechos debe haber parecido eterno tanto para víctima como para victimario, que resultó sobrepasado por su “presa”. Al final del día, ni siquiera pudo consumarse como ladrón y terminó siendo solo un intento de ratero que quedó frustrado por su falta de medios y la decisión de su objetivo a no dejarse. Así, las fuerzas del orden pusieron fin a la escena, pero sin la lucha que libró la mujer en primer lugar, incluso su rápida reacción hubiera llegado demasiado tarde.
Llama la atención que había muchos testigos en el lugar y que a pesar de ello nadie salió al rescate de quien estaba siendo asaltada, lo que puso todo el peso de la batalla sobre la mujer, que tuvo que hacerse justicia por propia mano en un acto de autodefensa que, de haber venido armado el criminal, pudo haber terminado muy mal para ella. Al final del día, podemos decir que, afortunadamente, la actitud valiente de ella fue exitosa, pero la falta de solidaridad de la comunidad ante las situaciones de apuro fue evidente. Menos mal que la policía llegó cuando lo hizo o esto pudo terminar mal.