De alguna extraña manera, Los Simpson han logrado meterse en la vida de todo el mundo, ya sea con sus predicciones, sus frases, y también algunas acciones que han aparecido en varios capítulos.
Un ejemplo de esto, es el capítulo en que la policía de Springfield ofrece botes gratis a todos los “fascinerosos de la ciudad”, pero todo es un engaño para atrapar delincuentes…
Siguiendo este ingenioso método, el Departamento de Policía de South Yorkshire, Reino Unido, desarrolló la Operación Holly, en la que hicieron tarjetas de la supuesta compañía Herald Hampers, y luego las enviaron a los delincuentes más buscados de su comunidad, ya que, supuestamente dicha empresa les entregaría un arcón navideño.
Para recibir una gran canasta con vinos y demás, lo único que tenían que hacer estos “afortunados”, era acudir a determinada hora y recogerla…
Pretendiendo que se trataba de una nueva empresa que se instalaría en la ciudad, enviaron las invitaciones a familiares y a lugares donde sabían que les podrían avisar a los delincuentes, y así, echarles el guante.
Lee Berry, parte de este operativo, señaló:
Varios de los que fueron arrestados eran buscados por cargos serios, como introducir un artículo ilegal a la prisión, conducir de forma peligrosa, conducir en estado de ebriedad, asalto y fraude.
Durante dos días, 21 delincuentes acudieron a reclamar su canasta de regalo, pero lo que encontraron fueron varios policías y una orden de aprehensión…
Berry comentó:
Es alentador que nuestro enfoque innovador haya arrojado resultados positivos, y seguiremos explorando nuevas vías para detener a los más buscados. Enviar a los oficiales a direcciones donde las personas buscadas ya no residen, es también tirar valiosos recursos policiales.
La policía en Essex no se ha quedado atrás en sus métodos innovadores, así que lanzó un calendario navideño, con los rostros de los más buscados en la ciudad, aunque esto no le gustó a muchos de los ciudadanos, pues creen que no es correcto asociar los rostros de delincuentes con las fiestas navideñas.
Al final, como diría el buen Maquiavelo: “el fin justifica los medios”.
