En la India sucedió una historia como de La piedra lunar, de William Wilkie Collins, pues un grupo de ladrones en la India experimentó el poder de lo ominoso en carne propia, lo sagrado que quema a quien se atreve a mirarlo directamente y, más aún, a profanarlo. Hace poco robaron 16 figuras sagradas del templo dedicado a Lord Balají, una encarnación del dios Vishnu, en Uttar Pradesh, pero decidieron devolver 14 ídolos porque estaban convirtiendo su vida en una pesadilla.
Los ladrones devolvieron las estatuillas a pocos días de haberlas hurtado, las dejaron en un saco junto a una nota donde explicaban que los dioses no los dejaban en paz. De acuerdo con sus palabras, las piezas metálicas ejercían sobre ellos influjos extraños y oscuros que los hacía tener pesadillas horrendas.
No hemos podido dormir, comer y vivir en paz. Estamos hartos de los sueños aterradores y les devolvemos sus objetos de valor.
Los bandidos escribieron que desde que se llevaron las efigies de los dioses, no podían vivir tranquilamente y que a causa de las pesadillas no podían dormir ni comer bien, es decir, parecían estar malditos. Todo ocurrió en la ciudad de Uttar Pradesh y la devolución de los objetos fue cerca de la casa de uno de los guardianes del templo llamado Mahant Rambalak, un sacerdote supremo.
De acuerdo con el Departamento de Policía de la región, estas piezas tienen más de 300 años de antigüedad y están hechas de una aleación de ocho metales conocida como Ashtadhatu. Además, seis son representaciones de Radha-Krishna y otros seis, de Shaligram, mientras que los restantes son de diferentes dioses. Los oficiales hindús también señalaron su valor debido a que estaban adornados con plata pura. No se ha dado con el paradero de los ladrones, pero, tal vez, si no devuelven las otras dos estatuas, los dioses terminen de vengarse de ellos.