Hay ladrones que se preparan durante años para llevar a cabo su atraco. Los Ladrones Mojados de Mi pobre angelito nos han enseñado que la dedicación hace al profesional, a menos que te encuentres con Kevin McCallister, pues ahí sí estarás en un embrollo, pero no será uno tan grande como si robaran el queso de tu granja.
Aunque no lo creas, hay criminales organizados para llevar a cabo el robo de quesos. Esto ya representa un problema para los productores de lácteos en Países Bajos, pues recientemente en una granja, un grupo de ladrones se llevó un botín de 161 quesos estimado en 23 000 dólares. Muchos granjeros temen convertirse en las próximas víctimas de estos ratones queseros.
El acto criminal tuvo lugar en una granja lechera de Torenpolderkaas en Noord Brabant. Según los informes, los ladrones irrumpieron en la granja y llenaron un autobús con queso. De acuerdo con la información recabada, los autores del hurto “ya habían explorado la tienda de la franja unos días antes para saber exactamente qué empacar”. Para poner en contexto, cada uno de estos queso pesa 10 kilos.
Esto nos da un poco de miedo. No rehúyen entrar en una granja de quesos con la fuerza bruta. En poco tiempo llenan su autobús y se van. Por supuesto, nunca es agradable tener ladrones en tu jardín. Sabemos muy bien cuánta artesanía está involucrada en los quesos.
—Theo Dekker, presidente de la Asociación Holandesa de Preparadores de Productos Lácteos de Granja
Los quesos robados generalmente están destinados a exportarse a otros países para comercializarlos a un valor reducido. Algunos se distribuyen a lo largo de Europa, mientras que otros llegan a caer en Rusia. Los quesos, algunos con un grado de elaboración artesanal, se vuelven un alimento cotizado en varios mercados que disfrutan de un producto de calidad pero a un precio más accesible para los bolsillos.
Esto ha llevado a los productores lecheros a tomar medidas en el asunto, como hacer etiquetados a partir de sellos con códigos únicos presionados en las cortezas de los quesos, que no se pueden quitar sin dañar el producto, para hacer un rastreo de los quesos. Sin embargo, esto no parece parar los robos del preciado alimento.
De acuerdo a Theo Dekker, presidente de la Asociación Holandesa de Preparadores de Productos Lácteos de Granja, los códigos impresos en los quesos impiden que los ladrones puedan vender todo el queso en Holanda, pero admitió que “si cortas un trozo, ya no puedes ver de dónde viene el queso”.
Los dueños de granjas se mantienen alertas contra los ataques que pueden recibir. Algunas de las empresas ya han colocado cámaras de circuito cerrado para vigilar sus productos y poder protegerse ante la pérdida y cualquier ratón que quiera llevarse el queso tesoro que guardan en los almacenes.