Las reuniones escolares pueden resultar ser un poco tediosas: encontrarte con tus excompañeros y hablar de cómo va la vida, qué ha sido de ellos, si saben que pasó con el resto de la generación y cómo ha cambiado el clima; puede ser algo incómodo, pero no tan incómodo como lo que les sucedió a estas dos personas.
En Miami, Florida, la juez Mindy Glazer se encontraba dictando sentencia para el caso de un hombre que fue arrestado por robo. Fue entonces cuando se dio cuenta que ya conocía a este hombre, años atrás, en secundaria.
Arthur Booth se postró ante la juez y momentos después se dieron cuenta que sus rostros y nombres eran familiares.
La juez Glazer le pregunta si asistió a la escuela secundaria de Nautilus y, de manera instantánea, podemos apreciar cómo la cara de Booth se nota alegre. para después romper en en llanto al recordar su penosa situación.
Resulta que estos dos individuos solían jugar juntos en la escuela, pero la vida los llevó por caminos separados, y a uno le fue mejor que al otro.
“Siempre me pregunté que había sido de usted, señor. Me apena verlo en estas circunstancias”, dijo la juez
Booth cubre su cara mientras llora, y Glazer añade:
“El era uno de los chicos más amables en la secundaria. Solíamos jugar futbol, miren lo que ha pasado.”
La prima de Booth, Melissa Miller, dijo que Booth solía ser un estudiante ejemplar, además de un gran atleta, pero las drogas lo llevaron por un mal camino.
La juez le deseo suerte, y le dice que espera que recupere el rumbo de su vida, para luego fijar una fianza de 44,000 dólares. ¡Vaya reunión!
