Solo en esta época de hipersocialización (o antisocial, dirían algunos), un hecho fortuito y anecdótico se convierte en un fenómeno que conmueve, emociona y a veces parte de la risa a propios y extraños. Tal es el caso de los jóvenes que, a pesar de no ser los primeros en vivir esa situación, sí han sido los más famosos por haberse quedado dormidos durante la función.
Luego de haberse acomodado en sus asientos y de prepararse para ver una película, por razones desconocidas, pues no se sabe qué tan emocionante fue la cinta o qué tantos días de desvelo llevaban, ambos cayeron rendidos en los brazos de Morfeo (No, no el Matrix), de los cuales solo se liberaron una vez que el cine y el centro comercial donde se encontraban habían cerrado sus puertas al público.
https://www.youtube.com/watch?v=fI_xS5uiTDI
Quién sabe cuál sería su primer pensamiento al hallarse solos y abandonados en una sala abandonada. ¿Apocalipsis zombi? ¿Un mundo sin humanos? ¿Toque de queda? Pero seguramente en cuanto recuperaron su sentido de orientación y recordaron qué era lo último que habían hecho, se vieron invadidos más por el buen humor que por el terror y subieron su experiencia a la cuenta de Tiktok @boleles_.
Oigan, nos quedamos dormidos en el cine, son las tres de la mañana. No hay nadie, no sabemos cómo salir. Manden ayuda, por favor. ‘¡Estamos perdidas!’.
El asunto bien pudo haber terminado ahí, pero cuando una historia nos resulta tan cercana, pues puede pasarle a cualquiera, ¿no?, la gente quiere saber más, y la crónica de este incidente se alargó durante un par de videos, para abundar en detalles de cómo nuestros protagonistas habían sobrevivido a su aventura.
Así, a lo largo de otras dos publicaciones, los aventureros narraron los pormenores de su odisea, como cuando lograron encontrar a un guardia de seguridad para que los ayudara, pero este les quiso ver la cara exigiéndoles un paso de 180 pesos, casi nueve dólares, de estacionamiento. Según el testimonio de los jóvenes, el oficial les propuso que si no tenían el dinero, dejaran un objeto de la chica que tuviera el mismo valor, aunque ellos se negaron a hacerlo. En su lugar, el varón le dejó unos calcetines.
No estamos seguros de qué tan cierta sea la historia, pero lo que sí sabemos es que conforme se fue alargando el cuento, la popularidad de la historia se fue desvaneciendo. El primer video tuvo más de cuatro mil reproducciones y fue compartido más de 13 000 veces, mientras que el segundo solo fue reproducido unas 300 000 veces y el tercero apenas alcanzó las 36 000 reproducciones. Cuando una historia ya cumplió su ciclo de vida, más vale dejarla ser. ¡Ya, en serio, dejen en paz a ese pobre animal!
https://youtu.be/tNwaqQeJI0E?t=20