El cabello es un gran poder que conlleva una gran responsabilidad, pues hay que cuidarlo, mesurarlo, peinarlo y dejarlo ir cuando ya no hay remedio. Al hablar de este, se puede caer en dos desmesuras o pecados, en dos hybris, como dirían los griegos, hacerse locuras porque se tiene mucho pelaje o aferrarse a las tres mechas que nos quedan.
Estas 3o personas no mostraron temor a los dioses y pidieron cortes de cabello que contravienen todo curso natural de la vida. Esta selección fue hecha de fotografías sacadas de los más oscuros catálogos de estilistas de los 80 pero que nunca creíste ver aplicados en personas normales.