El hambre realmente nos pone de malas. Todo el día estamos molestos, nefastos, sensibles e incluso nos provoca alteraciones de la percepción que nos hacen ver comida donde no la hay, si no, ¿cómo explican que ese trozo de madera o un bote de pintura se vean tan apetitosos?
Tal vez se trata de un efecto de pareidolia que es aumentado en proporción directa a las horas que hemos pasado sin probar bocado, sin disfrutar de un rico pan o un jugoso corte de carne. Estos 25 objetos parecen un platillo totalmente delicioso, pero no podrías degustarlos aunque quisieras.
1. Mi cuerpo pide carne asada
2. ¿Imaginas una pasta de cascabel de víbora?
3. “Esta nueva leche que compró mamá sabe raro”
4. Madero en término medio
5. Para un banana split mortal
6. Un lomito que parece kiwi
7. Teclado de malvaviscos asados
8. Estas piedras tienen buen marmoleo
9. Un sándwich de galleta y nieve para sentarse
10. La banana prohibida
11. Caramelo bajo los tenis
12. Le cayó un nugget gigantesco
13. Alguien páseme un cono para este helado
14. Búho de gema fluorita que parece de gelatina
15. Un “buebito” cristalino
16. El brócoli está volando
17. ¿Cómo que no son gomitas?
18. Topes de puerta que parecen brownies
19. Ya entendí que no era helado de chicle
20. Mira, un taburete hecho de coditos
21. El sapo con queso amarillo
22. La roca malvavisco gigante
23. Se lo iba a poner a un hot-cake
24. Una barra de cereal pero con clavos
25. ¿Verdad que se antoja darle una mordida?
