Las cucarachas y hormigas pueden convertirse en una verdadera plaga que infestan las casas y para estos problemas extremos hacen falta soluciones drásticas.
Pero la forma en que un hombre de Brasil quiso exterminar a los molestos insectos le explotó en la cara, literalmente. Tal vez lo mejor sería haber llamado a un profesional, porque este intento de acabar con las plagas de su jardín es un claro ejemplo de lo que NO se debe hacer.
Este hombre de 48 años, llamado César Schmitz, tenía su patio infestado de cucarachas, y su esposa le pidió que se deshiciera de ellas y el nido que tenían en el pequeño jardín trasero de la casa.
Su primera solución fue rociar el lugar con un poderoso insecticida. Lo malo es que las cucarachas ya desarrollaron una resistencia a los venenos y la sustancia tóxica que les puso no les hizo absolutamente nada, solo causó que se dispersaran más por el patio.
Entonces a Cesar se le ocurrió atacar con fuego a los insectos. Primero puso un poco de gasolina dentro y alrededor del nido y luego comenzó a arrojar cerillos encendidos. Los dos primeros no dieron resultado, pero el tercero provocó que el suelo del jardín estallara.
El tipo se llevó un tremendo susto y también sus perros salieron corriendo por sus vidas cuando el patio explotó. Por terminar con la plaga casi destruye su casa y todo fue captado por una cámara de seguridad.
César no tenía idea de que algo así pudiera pasar y se sintió muy afortunado de que nadie saliera lastimado:
Desearía haber pensado esto antes. No tenía idea de que esto podría suceder. Afortunadamente, el daño solo estaba contenido en el césped. Si hubiera estado más cerca o la mesa me hubiera golpeado, podría haber sido fatal.
El video se hizo viral en las redes y miles de personas vieron este peligroso intento de acabar con las cucarachas. Por suerte esto no se convirtió en un fragmento de “1000 formas de morir” y solo quedó como un capítulo de “no lo intenten en casa”.
Aquí les dejamos el video que muestra el momento exacto cuando el jardín de César estalló en pedazos, como un recordatorio de que a veces es mejor llamar a un experto:
