Las cosas entre Rusia y Ucrania se están poniendo como película de Jean-Claude Van Damme, es decir, como Soldado universal, o sea, chafas y extrañas. Ahora resulta que un par de funcionarios rusos han sugerido que algunos soldados ucranianos han sido convertidos en máquinas de guerra al recibir tratamientos médicos experimentales.
En el contexto de una reunión entre la comisión parlamentaria para tratar el tema de los laboratorios biológicos estadounidenses en territorio ucraniano, salieron a flote declaraciones sobre experimentos biológicos llevados a cabo en los soldados ucranianos. Según un par de funcionarios, se le habría estado inyectando un extraño suero que alteraba su psique y los convertía en verdaderas máquinas de matar.
El vicepresidente del Consejo de la Federación, Konstantin Kosachev, y la vicepresidente de la Duma Estatal, Irina Yarovaya, declararon que habían encontrado una variedad de enfermedades en la sangre de soldados ucranianos que solo podían significar una cosa: experimentación fuera de los límites de la ética. Las enfermedades, según Kosachev, serían atípicas para las regiones ucranianas y serían la prueba de un suero inyectado a los soldados.
Se hicieron experimentos con ellos y se llevaron a cabo experimentos en el territorio de Ucrania sobre enfermedades extremadamente peligrosas, que en ciertas circunstancias podrían distribuirse con fines militares.
Las enfermedades que ambos funcionarios supuestamente encontraron en los análisis de sangre y en billetes, así como en laboratorios, están la hepatitis A, el Virus del Nilo Occidental y la tuberculosis. Además, la senadora Yarovaya ha dicho que en los laboratorios se desarrollaba una fórmula de gangrena gaseosa, lo cual pone el acento en el argumento ruso de que EE.UU. está preparando armas biológicas en territorio ucraniano.
Además, pusieron el dedo sobre la hipótesis de que Estados Unidos es el responsable detrás de enfermedades de origen animal, como la gripe aviar, la gripe porcina e incluso el covid-19, por lo que aseguran es urgente sacarle el disfraz a la nación americana, pues planean armas biológicas de alto peligro.
Vemos que la crueldad y las atrocidades con las que se comportan los militares de Ucrania, los crímenes que cometen contra la población civil, esos monstruosos crímenes que cometen contra los prisioneros de guerra, confirman que todo esto es un sistema único de control y creación de las más crueles máquinas de matar, que fue vendido bajo el control de los Estados Unidos. Y el dopaje que todavía se les da para neutralizar en general los últimos rastros de la conciencia humana y convertirlos en los monstruos más crueles y letales también lo confirman.
Las autoridades rusas entregaron el reporte final en otoño, pero hasta ahora sus conclusiones han sido que se les suministra algún suero o droga a los militares ucranianos para volverlos agresivos, monstruos deshumanizados capaces de las peores atrocidades, por lo que no podemos dejar de pensar en películas de Marvel.
Por su parte, el genetista Kirill Volkov ha reconocido que el uso de estimulantes que alteran la consciencia y exacerban la agresividad son parte de cualquier ejército, pero que la modificación genética o biológica le parece una exageración, pues las enfermedades citadas por los senadores en realidad son comunes y se encuentran en creciente tendencia de propagación en la zona sur de Rusia.