Una señora en Brasil encendió su propia antorcha con el fuego olímpico que pasaba por la calle en ruta a las olimpiadas de 2016 en Rio de Janeiro. Simplemente tomó la escoba que primero tuvo a la mano y cuando la gente tomaba fotografías de la antorcha olímpica, la viejecita aprovechó para estirar la mano y encender su propio fuego.
En un principio se puede ver cómo trató de prenderla con un encendedor, pero no pudo. En una segunda parte tuvo una brillante idea: ¿Porqué no usar esa antorcha que viene ahí? “¿Me puede convidar de su lumbre para encender mi antorcha?”, le dice al portador del fuego griego.
Ahí la tienen, con su escoba alcanzó el fuego traído desde Atenas:
Luego, para el deleite de todos, la señora Irene salió triunfante con fuego oficial de los Juegos Olímpicos en el hato de popotillo.
Entonces empezó a correr por la calle del barrio e hizo relevo con los atletas locales que tampoco iban a poder cargar la antorcha oficial, pero sí el fuego traído del Olimpo. El espíritu olímpico en la punta de una escoba para compartirlo con todos:
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