Robert Durst acaba de morir. Recientemente, el multimillonario fue declarado culpable por el asesinato de su amiga Susan Berman, una periodista que el magnate liquidó para encubrir otro crimen, la muerte de su esposa Kathleen McCormack.
El multimillonario heredó parte de un imperio inmobiliario creado por su padre y del que ha sido expulsado por sus tres hermanos. Sin embargo, se hizo popular luego de que su esposa desapareciera misteriosamente en 1982. La historia dice que Durst la maltrataba y ella quería el divorcio, por lo que fue el principal sospechoso cuando un día Kathleen iba en camino a casa de una de sus amigas, pero nunca llegó a su destino.
El multimillonario le confesó el asesinato a Berman, quien luego de verse en problemas financieros, intentó chantajear a Durst y por tal motivo este le disparó en la cabeza en el año 2000.
Después de que todas las pistas llevaran a incriminar a Durst, el multimillonario se refugió en un domicilio de Galveston, Texas, donde mató a uno de sus vecinos y lo descuartizó, pero se salvó de ir a la cárcel por alegar que lo hizo en defensa propia.
Con semejante historial, el asesino fue declarado culpable el año pasado, cuando ya habían pasado muchos años desde sus crímenes. Ahora Durst ha muerto de causas naturales a los 78 años de edad en el hospital de San Joaquín. Su abogado Chip Lewis dijo que su muerte se debió a los múltiples problemas de salud que arrastraba desde hace daños y por los cuales continuamente solicitaban peticiones en el tribunal.
Robert Durst se encontraba cumpliendo su sentencia en la cárcel de Stockton, California, y padecía un cáncer de vejiga que se vio agravado cuando contrajo covid-19. Se hizo muy conocido en todo el mundo cuando un documental de HBO llamado Jinx hizo de conocimiento público un audio del empresario donde al ser cuestionado sobre sus acusaciones de asesinato, dijo:
¿Qué hice? Los maté a todos, evidentemente.