Las rupturas amorosas suelen ser terribles y este hombre mayor la pasó muy mal luego de que su pareja lo dejara. Tan así que no podía superar el duelo y la depresión ocasionados por su separación. Lo único que le permitió volver al carril de la vida fue una muñeca sintética que le hizo compañía.
Tras encontrarse sumido en la depresión, el australiano de 52 años llamado Rod decidió comprar una muñeca de tamaño natural para tener una dinámica de pareja que le ayudara a solventar sus necesidades de cuidado. Rod no estaba soportando la decepción amorosa y por eso compró la muñeca.
Aunque, al principio, Rod compró la muñeca para satisfacer sus necesidades sexuales, pronto se dio cuenta de que la simulación de una pareja y una persona le ayudaba de manera más o menos terapéutica a superar su duelo y reponer su ánimo, es decir, convivir con ella y cuidarla le devolvió la normalidad.
Rod había caído en una melancolía insuperable luego de que su prometida cancelara su boda, por lo que había pasado dos años en el ostracismo y en la inactividad sexual. Cuando la muñeca llegó a su vida, esta cambió inmediatamente. De hecho, él ha dicho los beneficios que le trajo:
Karina ha cambiado mi vida de muchas maneras. Se convirtió en mi compañera física sintética. Tenía algo que cuidar en mi vida. Lentamente, mi corazón se abrió y me distraje de mi dolor por perder a mi ex que simplemente no desaparecería por sí solo.
La muñeca le costó cerca de dos mil dólares, pero, sin duda, ha sido su mejor inversión, pues lo sacó del aislamiento en que se encontraba. Incluso ha contado que llevó a su muñeca a las fiestas de fin de año con su familia y que todos se mostraron emocionados y respetuosos.
Llevé las muñecas sentadas en mi auto, fue todo un espectáculo. Nadie realmente parecía darse cuenta y si alguien tenía curiosidad mientras estaba estacionado, le explicaba un poco.
Decimos que la muñeca le curó de alguna forma porque a los pocos meses de haber comprado a su muñeca, Rod ha vuelto a la vida y ahora tiene una pareja real, a la que le ha contado su afición por las muñecas y con la que ahora juega con ellas. Estamos seguros de que pronto dejará atrás esas muletas llamadas muñecas y terminará por volver completamente al ruedo de la vida. Bien por Rod.