Josef Schuetz, de 101 años de edad, acaba de ser condenado por una corte alemana a cinco años de prisión por ser partícipe en el exterminio de más de 3500 personas durante la Segunda Guerra Mundial en el campo de concentración de Sachsenhausen, en el norte de Berlín, cuando era guardia nazi entre 1943 y 1945.
El hombre ha negado las acusaciones aduciendo un pasado distinto al de las pruebas y documentos recopilados por las autoridades. Ha dicho que durante la Segunda Guerra, él era un campesino del noreste de Alemania y que alguna vez fue prisionero en un campo ruso. Pero sus declaraciones se han vuelto incongruentes, pues alega que a su edad, las memorias se mezclan de manera confusa.
Sin embargo, las pruebas son claras y los documentos han demostrado que fue un guardia en el campo de concentración con plena consciencia de lo que se hacía al interior de este campamento, pues se había enlistado en las filas del ala paramilitar de los nazis. Así lo confirmó el juez principal, Udo Lechtermann:
El tribunal ha llegado a la conclusión de que, al contrario de lo que usted afirma, trabajó en el campo de concentración como guardia durante unos tres años. Usted apoyó voluntariamente este exterminio masivo con su actividad. Vio cómo se torturaba y asesinaba cruelmente a personas deportadas allí cada día durante tres años.
El juicio de Schuetz comenzó desde el año pasado, pero se aplazó debido a su delicado estado de salud. Aunque el juicio parezca llegar a destiempo, la comunidad judía ha recibido con buenos ojos la sentencia. Además, algunos juristas ven como un gran ejemplo que se persigan y castiguen los actos atroces en cualquier momento.
Entre los cargos de los que se le acusaron estuvieron la incitación al fusilamiento de prisioneros de guerra rusos, así como haber asesinado a prisioneros del campo en las cámaras de gas, haciendo uso del volátil tóxico conocido como Zyklon B cuando tenía 21 años.
Efraim Zuroff, principal perseguidor de nazis de la oficina del Centro Simon Wiesenthal, en Jerusalén, también ha hablado al respecto y ha dicho que estos juicios, aunque tardíos, son importantes para que las familias que sufrieron en los campos de concentración puedan hacer un cierre de su duelo:
Es algo muy importante porque da un cierre a los familiares de las víctimas. El hecho de que estas personas sientan de repente que su pérdida está siendo atendida y que el sufrimiento de sus familiares que perdieron en los campos está siendo atendido es algo muy importante.
Es probable que Schuetz no cumpla su condena en la cárcel debido a su avanzada edad y su delicado estado de salud, pero, sin duda, se trata de un gran mensaje para que todos los neofascistas vean que sus crímenes y odio no quedarán impunes.