Para demostrar que los animales no son peligrosos por naturaleza y que su raza no tiene nada que ver con agresividad, Christophe Thomas adoptó un gran toro de lidia y lo domesticó para que fuera su mascota.
Muchas personas combaten los prejuicios que se tienen sobre algunas razas de perros como el pitbull, rottweiler o doberman, criando a estos animales para que se vuelven compañeros apacibles y este granjero francés también quiso mostrarle al mundo que los toros no son criaturas peligrosas.
Este hombre de la ciudad de Rennes, en Francia, adoptó a Fadjen, un toro de lidia que iba a ser enviado a Barcelona para ser toreado. Él lo salvó de ese destino y lo compró a la ganadera Domecq.
Él se preguntó si sería posible cuidar a un toro bravo con un peso promedio de 500 kilos en una pequeña granja y criarlo para que fuera un animal tranquilo. Hizo su experimentó y asombró a todo el mundo.
Estaba destinado a ser toreado en Barcelona, así que se lo compré a la ganadería Domecq. Cuando les pregunté si era difícil educar a un toro me contestaron: Si lo cuidas bien, verás que es incluso más fiel que un perro. Esto demuestra que ellos saben bien el tipo de animal que tienen y que mandan a las corridas.
– Christophe Thomas
Este granjero y su toro se han vuelto compañeros inseparables. Thomas se puede acercar con mucha seguridad a Fadjen para alimentarlo y cepillarlo, incluso cuando el toro está recostado en la hierba, su humano se tira junto a él y se recarga en su cuerpo para descansar.
Thomas es un defensor de los animales y al adoptar a Fadjen, busca probar que la tauromaquia es una celebración absurda. Fadjen se ha vuelto un fiel y manso compañero que disfruta sus días en esta granja de Francia.