Si creías que vivir en los Estados Unidos es un sueño hecho realidad, te tenemos malas noticias y si no nos crees, entonces escucha las razones que da esta tiktoker, quien ha declarado en varias ocasiones que vivir en ese país es muy odioso. En esta última ocasión le ha tocado el turno a la voracidad corporativa y al seguro social de sus empleados.
Según Jill (@killjill___), una joven de Chicago, una de las razones por las que no puede disfrutarse la vida en Estados Unidos es el alto costo de la salud, que el ciudadano tiene que pagar mientras las corporaciones simplemente se desentienden de la obligación y hacen que sus clientes terminen pagando el costo del seguro médico de sus empleados, como le ocurrió a ella y a unos amigos, quienes tuvieron que pagar más de diez dólares del seguro médico del personal del restaurante al que fueron.
“Beneficios para el personal”
Ahora sí ya estuvo suave. Ahora resulta que se tiene que pagar el seguro de los empleados con un porcentaje de la cuenta. Eso no se hace. pic.twitter.com/HhgKDQAkHC
— tacodealacran (@tacodealacran) October 7, 2022
Todo empezó del modo más inocente posible. Durante un brunch, Jill acompañó a un grupo de conocidos a un restaurante llamado Etta, donde se llevaron una desagradable sorpresa. Todo era risas y diversión, hasta el momento en que les llevaron la cuenta, pues a pesar de que todo se veía normal al principio, al final de los cargos aparecía un misterioso cargo por 3.5 por ciento del total de la cuenta.
El cargo, que tenía un críptico nombre que no aclaraba para nada de qué se trataba, ponía: “Veneficios para el personal” y ascendía a casi 11 dólares. Intrigada por ese misterioso cobro, Jill decidió preguntar a quien los atendía de qué iba “el extra” en la cuenta.
El cliente paga todo
Con algo de recelo o sin saber exactamente cómo decirlo, la mesera respondió a la pregunta de Jill algo así como “mmmhhh, lo que ocurre es que ese cobro se hace para que nosotros podamos tener un seguro de gastos médicos por parte de la empresa, que de otro modo no tendríamos”, lo que no le sentó bien en absoluto a Jill.
A pesar de que el Medicare, un sistema de salud federal estadounidense, se encarga de apoyar a la gente mayor de 65 años o que tiene alguna discapacidad, dificultad o enfermedad crónica, para que no quede desahuciada esa parte de la población, la mayoría de la gente tiene que pagar su propio seguro médico con una aportación del patrón, pero esta compañía, alevosamente, le pasa la bolita al cliente.
La injusticia del asunto
Jill hace hincapié en la injusticia del asunto, poniendo los hechos sobre la mesa:
Me están diciendo que, cada quincena, toman dinero de mi cheque, con el objetivo de pagar mi seguro médico, solo para que cuando vaya al doctor aún así tenga que pagar más por mi consulta y tratamiento y aún entonces tengo que desembolsar más dinero para pagar mis medicamentos de la farmacia y ahora ocurre este robo descarado. ¿Las compañías tienen permitido poner el peso de la responsabilidad de pagar por el seguro médico de sus trabajadores sobre los hombros del cliente? ¿De qué se trata, simplemente qué? Me quede estupefacta por tal desfachatez.
Esto es un fraude
Los internautas están de acuerdo con la influencer, por lo que empezaron a preguntar sobre la compañía Etta, a la que comenzaron a bombardear con observaciones como “Pueden cobrar 18 dólares por un sándwich de pollo, pero no pagar dignamente a sus trabajadores”, “Deberían quitar eso de la cuenta o mostrar dónde está escrito en su política”, “Y a eso súmale que las compañías tienen devolución de impuestos e incentivos por proveer seguro médico a sus empleados, para no pagar mucho realmente, simplemente son codiciosos”.
Además, algunos usuarios hicieron la observación de que ese cargo injusto seguramente afecta las propinas que los trabajadores reciben, pues los clientes sienten que les están robando para pagar un “beneficio” para el personal, lo que resulta en compensaciones y propinas más pobres para los trabajadores, que, al final de cuentas, ni tienen la culpa de la codicia de sus empleadores. En fin, el deseo de lucrar a costillas de otros es muy fuerte para algunos pillos.