Al trabajo como limpiaparabrisas no le faltan sus controversias. A pesar de que en México es visto como algo “normal” y una forma de obtener recursos para la propia subsistencia, en otras partes del mundo se ha puesto en tela de juicio lo lícito de la actividad, llegando incluso a compararla con el hurto o con la extorsión. Además, en sitios como Nueva York se ha llegado a calificar como un vestigio, una reliquia del pasado, pero la realidad es que los limpiaparabrisas son (en muchos casos) trabajadores que exponen su vida y su salud en la vía pública con el fin de hacerse con algo de dinero para sobrevivir cada día, con mayor o menor éxito.
El “no traigo cambio” y “le pago a la vuelta” son demasiado comunes en el día a día de quienes se dedican a limpiar parabrisas de modo cotidiano y profesional. Tanto es así que hay quienes ya han decidido tomar cartas en el asunto y quitar de la mesa las clásicas evasivas que “el cliente” (voluntario o no) les presenta. A través de la implementación de cobro electrónico por medio de tarjeta, ahora se busca arrinconar al automovilista, que ya no podría usar la excusa de no estar preparado para el “gasto imprevisto” en la luz roja.
Le sacó un maldito “verifone”…
En Venezuela, donde la contracción económica ha sido tremenda y que parece que apenas está saliendo de una hiperinflación, mantenerse actualizado dentro del sector privado parece esencial para la supervivencia de un negocio, sobre todo tomando en cuenta que los particulares (negocios de inversión no gubernamental) fueron los más golpeado por la combinación de inflación y crisis sanitaria. En ese contexto, llevar las transacciones a un nivel electrónico puede darte ventaja competitiva.
En el video podemos apreciar que un joven emprendedor realiza su actividad como limpiaparabrisas del modo más convencional que pudiera uno imaginar, hasta que llega el momento del cobro, cuando saca una terminal de punto de venta para cobrar por el servicio prestado: “¿No trae cambio? No hay problema, acepto tarjeta”.
¿Broma o innovación?
Con tarjeta lo cobro yo (…) Lo que pasa es uno no es rana; tú sabes, que hay que ponerse pa’ uno. Si uno (mismo) no se pone pa’ uno, ¿quién le va a poner?
– El innovador limpiaparabrisas venezolano
Debido a lo inverosímil de la situación, por la mente de los testigos de la práctica profesional del limpiaparabrisas venezolano han cruzado dudas acerca de la seriedad del empleo de la extravagante tecnología de cobranza en su giro laboral, pero lo que resulta claro es que ingenio no le falta al muchacho.