Todos conocemos a alguien de quien se dice que tiene una alma vieja, pero hay nenes que tienen rostros de auténticos viejitos y nos hacen creer que el caso de Benjamin Button no es tan ficticio.
La cara arrugada, el gesto de fastidio y confusión de estos bebés nos recuerdan también a Baby Yoda, que parece un anciano en versión miniatura y nos derrite de ternura. Ellos son las verdaderas almas viejas en cuerpos de recién nacidos.