Luisito Comunica es uno de los youtubers más exitosos y el segundo más popular en México, con 39 millones 700 mil suscriptores. Según el portal SocialTracker, este año se encontraba en el lugar 53 de los 100 creadores de contenido con más suscriptores y sus 1183 videos han atraído más de ocho mil millones de reproducciones.
Aunque Luisito dice que ahora se encuentra muy satisfecho con su vida y con su desarrollo profesional, también confiesa que en un momento dado corrió el peligro de truncar su desarrollo como creador, pues una tentadora oferta de un millón de dólares a cambio de gran parte de su producción hizo que se tambalearan sus planes. Afortunadamente, el youtuber la malició bien y logró mantener íntegro su trabajo, que hoy lo ha convertido en un modelo de referencia para los creadores de la plataforma, en especial para los mexicanos y los de habla hispana.
Un millón de dólares: el Santo Grial
En uno de sus videos más recientes, Luisito Comunica narró que hace mucho tiempo se encontraba en apuros económicos y mientras revisaba sus correos electrónicos, en busca de algún patrocinio u oferta que le proporcionara un poco de dinero para estar al día, encontró una tentadora oferta: una empresa estadounidense lo adulaba y hablaba muy bien de sus contenidos, por lo que le ofrecía un millón de dólares a cambio de los derechos totales sobre la mitad de sus videos.
Luego de confirmar con sus conocidos y otros youtubers que la oferta era legítima, se reunió con un representante de la empresa que trató de apantallarlo con un almuerzo elegante en un hotel de lujo. En ese momento, aunque la necesidad sí era fuerte y el dinero, tentador, pues Luisito nunca había pensado conseguir tanto dinero en su vida, no tomó la decisión inmediatamente, sino que lo dejaron pensarlo. Así, la oferta estaba sobre la mesa.
Una decisión peligrosa
Ahora, ya con más tiempo para pensar, alejado de los lujos que usaron para encandilarlo, Luisito se puso a investigar qué era exactamente eso de ceder los derechos totales de la mitad de sus videos. En su video, el youtuber dijo que en ese entonces tenía unos 200 videos, por lo que le estarían comprando 100 de ellos. Se enteró también de que la empresa estadounidense estaba tratando de comprar contenido en español para empezar a ser atractiva para público de habla hispana y que en lugar de crear su propio contenido, estaban adquiriendo el de sus colegas.
El problema es que ceder los derechos totales quería decir que podían hacer con ellos lo que quisieran: rentarlos, monetizarlos en YouTube, modificarlos, rentarlos e incluso borrarlos de la faz de la Tierra. Todo eso le causó escalofríos a Luisito, pues él siempre le ha tenido mucho cariño a su producción. Afortunadamente para él y para sus suscriptores, el youtuber tomó una decisión de la que se siente orgulloso hasta el día de hoy.
Piénselo dos veces, joven
Luego de pensarlo muy bien, Luisito Comunica se dio cuenta de que aunque lo hubiera ayudado con su apuro económico inmediato, el dinero en realidad era muy poco comparado con el valor de su producción, pues 100 videos a un millón de dólares eran apenas 10 mil dólares por video. Además, eso era sin impuestos, que lo habrían dejado de entrada en unos seis mil dólares por video. Así, el influencer supo apreciar el valor de su trabajo, por lo que rechazó la oferta y siguió aprendiendo del negocio para cotizar adecuadamente su propiedad intelectual.
Hoy en día, Luisito defiende su decisión y explica que se siente bien de haberse alejado de ese negocio, pues construir su propio legado no solo ha sido satisfactorio, sino además le ha permitido triunfar económicamente y a nivel personal. Según el portal Net Worth Spot, se estima que el youtuber ha de ganar entre 3.49 millones y 6.28 millones de dólares al año solo por su monetización en YouTube y eso es sin contar sus negocios restauranteros, de ropa y de publicidad. Por si fuera poco, también renta su contenido a terceros, por lo que su patrimonio personal se estima en unos 19.54 millones de dólares. Así, Luisito Comunica le recomienda a quienes apenas empiecen sus esfuerzos como creadores que tengan cuidado de valorar su propio trabajo y que no se dejen apantallar por ofertas millonarias.