Conor McGregor es un peleador icónico en muchos sentidos. El bicampeón de Artes Marciales Mixtas (MMA) intentó ser futbolista profesional y dejó su trabajo de plomero para dedicarse a tiempo completo a entrenar para las peleas de Artes Marciales Mixtas, viéndose obligado a vivir de los cheques de ayuda del Gobierno a causa del desempleo.
A sus 27 años es tal vez el luchador más rentable de la UFC, la empresa deportiva con mayor crecimiento mundial, pero su vida fue difícil hasta hace poco. Tuvo que pasar por penurias que fue superando en gran medida gracias al apoyo de su novia. Dee Devlin siempre lo ha apoyado:
“Hemos estado juntos por más de ocho años, vivíamos en Irlanda, a 30 kilómetros de Dublín, en un departamento de renta con el sueldo de desempleado de 188 euros. No tenía empleo porque pasaba todo mi tiempo en el gimnasio.
“Mi novia ha trabajado muy duro a lo largo de los años y apostó por mí cuando no tenía absolutamente nada. Para mí, ser capaz de sacarla de trabajo, darle todo lo que ella siempre quiso y viajar por el mundo me llena de orgullo”.
Cuando tenía 25 años, les dijo a sus padres que renunciaría a su trabajo de plomero para convertirse en millonario con las peleas de MMA. Y no se equivocó. Ahora es el peleador mejor pagado, y está en la lista de Forbes como uno de los deportistas mejor pagados del mundo, en el puesto 85 con 22 millones de dólares.
Su familia tenía pocos recursos económicos en Irlanda. Por ello dejó los estudios de joven para dedicarse a trabajar en el oficio que le enseñó su padre: plomero. McGregor también quiso ser futbolista y llegó a destacar en el club Stanaway Celtic hasta los 22 años. Era el goleador del equipo, pero decidió apostarlo todo en las Artes Marciales.
A los 16 años empezó a estudiar artes marciales luego de ser víctima de abuso escolar por ser bajo de estatura y delgado. Fue campeón amateur de box y pasó a las MMA. Aunque tenía potencial, fue hasta 2008 en que se dedicó seriamente a entrenar. Ahora es el más devastador de los peleadores, ostentando el récord de nócaut más rápido, cuando derrotó a Paddy Doherty en 3.5 segundos en 2011.
McGregor ganó dos títulos, en peso pluma y en peso ligero cuando trabajaba con la empresa Cage Warriors. Aún así, no tenía suficiencia financiera hasta que fue contratado por la UFC. Hasta entonces, vivió con la pensión del Gobierno.
El irlandés se destaca por molestar a sus contrincantes haciéndose el gracioso y burlándose de ellos. Su récord es de 19 combates ganados y 3 perdidos. Antes de su pelea con el entonces campeón José Aldo, se atacaron verbalmente durante días, hasta que finalmente McGregor le arrebató el cinturón en una pelea de sólo unos segundos:
Su herencia irlandesa es parte importante de su identidad como peleador. Cree que es producto de un antiguo código de guerreros, la herencia de Cú Chulainn, conocido como “el Aquiles irlandés” un héroe mitológico.
“Somos una nación de peleadores. Así que ser el primero en estas instancias, y ser un líder no es un problema, la siguiente generación continuará mi legado.”
McGregor es un ídolo en Dublín. Una de las primeras cosas que hizo cuando se volvió millonarios, fue asegurarse de que sus padres no volvieran a trabajar. En una entrevista, dijo:
“Ahora él (su padre) no tiene que trabajar, es hermoso regresar algo de lo que recibiste a tu familia. Eso es lo único que quiero. Es por eso que empecé en esto, para asegurarle un futuro a mi familia. No me importa nada más. Ahora puedo consentir a mi gente y eso es lo mejor que hay.”
