Songs of innocence es, por mucho, el álbum más controvertido de U2, pero no por sus letras, su sonido ni su simbolismo, de hecho, el álbum en sí no tiene nada que ver con la controversia que lo rodea, sino que es muy discutido por la forma en que Bono, el vocalista de la banda, metió su álbum en la biblioteca musical de todos los usuarios de iTunes en 2014, con la anuencia y participación de la compañía responsable del servicio, Apple.
Aunque pudiera parecer algo inofensivo y hasta generoso, en realidad, el hecho causó un gran alboroto y descontento en su momento, llegando a encender la discusión sobre el poder de las corporaciones sobre los contenidos de sus usuarios y se llegó incluso a hablar de cómo “el regalo forzado” fue solo un adelanto de “futuros distópicos” en los que nuestras decisiones son tomadas por otros. Bono, el supuesto autor intelectual del “regalo”, se ha disculpado con todos por la maniobra en sus nuevas memorias tituladas Surrender: 40 songs, 1 story.
Podrían decir que me propasé. Tendrían razón.
Yo fui el de la idea, el resto del grupo no sabía nada; yo llevé la propuesta a Tim Cook y lo convencí de ella, aunque al principio no entendió lo que quería hacer y se mostró renuente a aceptarla.
Para empezar, Bono tomó completa responsabilidad de la maniobra que se gestó en conjunto entre U2 y Apple. Aunque suene raro, el cantante irlandés ni siquiera se dio cuenta en su momento de las implicaciones de su “chistecito”.
Al principio creí que las reacciones negativas eran solo un pequeño grupo en internet, pero pronto la discusión se hizo más grande y seria, involucrando a las tecnologías. Asumo toda la responsabilidad del asunto: ni Guy O, ni Edge, ni Adam, ni Larry, ni Tim Cook ni Eddy Cue, yo fui el de todo. Pensé que si poníamos nuestra música al alcance de la gente, ellos se acercarían a nuestro sonido. Pero me equivoqué amargamente.
El “contubernio” entre U2 y Apple
Dice la leyenda que Bono se acercó al recién entronado Tim Cook en el lejano año del 2014 con una “maravillosa idea” para vender su nuevo álbum y, de paso, hacer historia con el lanzamiento de una producción musical más exitoso. Al principio, Cook se mostró confundido, pues el objetivo de iTunes era asegurar que los músicos recibieran su paga y el irlandés quería regalar su nuevo álbum.
Resulta que no fue tan maravilloso como Bono creyó, pues luego de que Apple iniciara el proceso de marcar como “vendido” el álbum de U2 Songs of innocence en los dispositivos de todos los usuarios de iTunes, descargándolo sin permiso, los usuarios se sintieron ultrajados porque nadie les preguntó su opinión y empezaron a darse cuenta del enorme poder que tienen las compañías sobre su consumo, que en el capitalismo es la mayor expresión de la voluntad propia. En otras palabras, fueron irremediablemente cooptados.
El acto publicitario
Durante el lanzamiento del iPhone 6 de Apple, el 9 de septiembre de 2014, se lanzó el álbum de U2, no ofreciéndolo, sino metiéndolo a la fuerza en todos los dispositivos de los 500 millones de clientes de la compañía, agregándolo sin preguntar a las cuentas de iTunes de los usuarios de iTunes Radio y Beats Music. Bono dijo que era un regalo de Apple para todos sus clientes musicales… pero los clientes musicales no se sintieron muy apapachados, sino más bien un poco violados en su libertad de elegir qué compraban.
Por supuesto, el álbum no fue regalado por Bono, quien fue solo el autor intelectual, sino que Apple pagaría (según estimaciones educadas) alrededor de treinta millones de dólares a U2 (hay quienes creen que la suma ascendió hasta a cien millones de dólares) para disponer del álbum como un regalo a fuerzas a sus (entonces) alrededor de 500 millones de usuarios, quienes no tuvieron más remedio que aceptar el obsequio, ya sea que lo quisieran o no.
Las distopías que se vislumbraron
La mayor parte de los usuarios que recibieron, sin pedirlo, el álbum Songs of innocence en su biblioteca virtual se sintieron ultrajados por la decisión de la compañía de meterse sin permiso “en sus cosas”. Por supuesto, hubo quienes se sintieron encantados por recibir música sin cargo, pero, en general, incluso quienes gustan del rock sintieron que habían sido obligados a hacer algo que no querían, lo que va en contra del espíritu rebelde del rock & roll.
Casi de inmediato, Bono se dio cuenta de que habían despertado a una bestia dormida: el miedo a las grandes tecnologías que le permitían a unos cuantos tomar decisiones sobre la vida de las mayorías. Así, insospechadamente, se había iniciado un capítulo en las distopías de ciencia ficción tantas veces narradas pero que hasta entonces muchos no habían sentido tan claramente en carne propia. Bono y Apple se habían vuelto en los Big Brothers de la música sin darse cuenta.