Al día siguiente de la caída mundial de Facebook, una extrabajadora de la compañía, Frances Haugen, declaró ante el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado de los Estados Unidos acerca del modus operandi de la red social y sus consecuencias.
Haugen es una ingeniera eléctrica e informática que ha trabajado en otras empresas como Google, Pinterest y Yelp desde el 2006. Se especializa en Gestión Algorítmica de Productos, pero llegó a Facebook en 2019, donde se desempeñó como gestora de productos en el equipo de integridad cívica.
Tras su amplia experiencia, Haugen salió a revelar las inconsistencias en el accionar de la empresa ante los retos de seguridad y salud mental que el contenido en las redes sociales presenta. Parece ser que el punto de inflexión para la ingeniera fue la toma del Capitolio en enero, pues relata que en cuanto terminaron las elecciones, Facebook decidió desarticular los filtros para la publicación de mensajes de odio y noticias falsas. Esto, según ella, influyó bastante para que se encendieran los ánimos en las redes.
Ahora con los datos en la mano, Haugen pide ayuda al Congreso para poder hacer algún cambio en la política voraz de Facebook. Según ella, Facebook hace caso omiso de los problemas de desórdenes alimenticios que la publicidad y el contenido de redes como Instagram causan en adolescentes. Además, argumenta que Facebook da preferencia a las publicaciones que causen conflictos y división política entre los usuarios.
Una de las grandes revelaciones de Haugen es que el algoritmo de Facebook, de manera premeditada, pone a la vista del usuario anuncios y contenido que de acuerdo a su perfil lo harán enojar o con los que disiente, porque de esta manera, el usuario se “activa” e interactúa en la red dejando un mensaje o compartiendo contenido.
En una entrevista en el programa 60minutes, Haugen dijo que la empresa muestra “poca o nula voluntad para erradicar problemas que afectan la salud mental de los usuarios” y que lleva a cabo una política en la que prima la ganancia sobre el bienestar público.
Haugen ya había estado compartiendo algunos archivos de la caché de la red social con el medio The Wall Street Journal, que los ha difundido por entregas tituladas como “Facebook files”, en los que se dejan ver los problemas de salud mental que las redes sociales causan a los usuarios, especialmente a los menores de edad.
Para Haugen, el problema se trata de una “bancarrota moral” y la solución estaría en que el CEO de Facebook aceptara que se ven sobrepasados por el contenido pornográfico y malicioso en sus redes. Por ejemplo, del cinco por ciento de contenido violento que se logra identificar, solo se atiende el uno por ciento. Además, le exige que sea transparente en la estrategia comercial de Facebook, que se basa en el enfrentamiento de las personas y el incentivo neurótico hacia los usuarios por medio de publicidad.
Haugen también dijo que en Facebook se encuentra lo peor que ha visto en cuanto al manejo de redes, como niñas y jóvenes que declaran sentir mayores deseos de suicidarse luego de entrar a Instagram. Además, incentiva la ira y hace que todos a su alrededor (páginas, personajes públicos, creadores de contenido) adopten posiciones negativas para ganar seguidores y reacciones. Según Haugen, esto es peor en las versiones de la red social fuera de Estados Unidos, donde los filtros para la desinformación y los equipos para tratar con ella son peores.
Haugen empezó de manera anónima sus acusaciones, pero al revelar su identidad y tras filtrar los archivos internos de Facebook, sin duda se encuentra en una situación peligrosa y delicada. El mensaje de Haugen es que las redes sociales pueden ser mejores y que dar el primer paso hacia un mejor diseño o modelos de interacción es reconocer que todo es un desastre y no pretender que los problemas de seguridad se tienen bajo control.